Pastor dice que desde el Génesis Dios estableció la pena de muerte

Ante el clima de violencia, inseguridad, y múltiples hechos de homicidios que se vive en el país, el pastor Javier Domínguez considera que es necesario se apliquen los mandatos que Dios establece en la biblia, en donde se ordena como principio castigar a los delincuentes con la muerte.

Wilber Góchez – Rafael Aparicio
La Palabra Universitaria

Los datos relacionados al tema de la violencia y delincuencia en el país no son muy alentadores desde hace algunos meses, a tal punto que muchos medios internacionales posicionan a El Salvador como la ciudad más insegura del mundo, incluso comparan las cifras de asesinatos con las que se dan en naciones que viven en guerra en el medio oriente.

Ante ello, los planes de gobierno, políticas e iniciativas emanadas de la misma sociedad parece ser que no dan buenos resultados y que, al contrario, el fenómeno se agudiza con el pasar del tiempo.

Todo este ambiente ha llevado a diferentes sectores sociales a pedir a las autoridades en general se agudicen las leyes y castigos contra los criminales. Muchos hablan de que se apruebe la pena de muerte para aquellos que cometan delitos de homicidios agravados, secuestros, violaciones y actos terrorismo.

Incluso, esta idea ha sido fuertemente apoyada en la Asamblea Legislativa por diputados de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).

La idea de penar con muerte a los delincuentes tampoco está alejada de la percepción de algunos religiosos. Es el caso del pastor general y presidente del Centro Internacional de Alabanza (CIA), Javier Domínguez, es claro en decir que las leyes establecidas en la Biblia deben ser aplicadas para hacer visible el control de los repuntes delincuenciales y criminales que se están dando en países como El Salvador.

Basado en Proverbios, que es un libro bíblico del antiguo testamento, Domínguez hace un completo análisis de la situación y refuerza la necesidad de la existencia de una ley que avale la pena de muerte, sobre el mandato establecido en uno de los capítulos del referido fragmento de la Biblia: “Para que haya una verdadera paz social al delincuente se le debe ejercer justicia. Es decir a aquellos que cometan graves delitos de muerte, irreversiblemente deben de morir para que no contamine a la sociedad”, expresa el pastor evangélico.

Incluso, dijo que desde el libro del Génesis, siempre en el antiguo testamento, Dios estableció la pena de muerte. Por lo tanto, aseguró que si en la actualidad las autoridades o gobernantes rigieran sus leyes sobre lo establecido por el creador, ejercerían sus mandatos y quizá hubiera menos delincuentes dañando a las sociedades.

“Es necesario que se aplique el principio de ojo por ojo y diente por diente. Desde el Génesis Dios estableció la pena de muerte para los delincuentes. Más que estar de acuerdo con ello esto es un mandato bíblico”, aseguró el religioso durante la entrevista matutina en la radio de la Universidad  Tecnológica de El Salvador (UTEC).

Las leyes, conceptos de rehabilitación de reos y la creación de cárceles fueron creadas por el hombre de la antigüedad y las primeras manifestaciones se dieron durante el cautiverio de Babilonia, en el período que comprende desde el año 586 hasta 537 antes de Cristo, en el que parte considerable de los hebreos que habitaban el sureño reino de Judá estuvieron exiliados en esa antigua ciudad de la baja Mesopotamia.

“Hoy en día la gente es más moralista que teísta. El Dios actual de la sociedad es el mismo hombre. Pero si Dios fuera el Dios de nosotros, obedeceríamos sus mandatos”, expresa Domínguez.

El pastor en claro en decir que el principio establecido en la Biblia no puede ser instituido por cualquier persona en la sociedad, ya que el mandato del creador fue para que los gobernantes fueran los aplicadores de sus leyes, es decir, que son los mismos mandatarios y sus gabinetes de trabajo los que deben establecer leyes para castigar a los delincuentes según el mandato de Dios.

“Dios demanda a los estados ejercer justicia. El ojo por ojo, diente por diente, la pena de muerte y todas las leyes establecidas en el antiguo y nuevo testamento deben ser ejercidas por el Estado ante Dios. El Estado no solamente le responde al pueblo, también le responde a Dios”, explica.

“El pueblo merece justicia, pero quien debe ejercerla es el gobierno porque es a ellos a quienes Dios les delegó la función de ejercerla en la sociedad. Los civiles no podemos matar, solo nos tenemos que perdonar. Yo no te puedo aplicar el principio ojo por ojo, diente por diente, porque eso es un pecado”, puntualizó.