Así lo ha explicado el docente de la Utec y profesional de la salud mental, Robert Macquaid, durante una de sus intervenciones en el programa 33 Te Escucha.
Josué Hernández.
La Palabra Universitaria
Trastornos de la personalidad y la cotidianidad es el tema del que recientemente ha hablado el profesional en neuro psicología y docente de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), Robert Macquaid, en una de las emisiones del programa de entrevistas 33 Te Escucha.
Macquaid sostiene que los trastornos de personalidad son diferentes en cada persona, pues cada quien los adolece de manera distinta; es por ello que se vuelve necesario aconsejar a la comunidad para comprender mejor esta situación y, por supuesto, cómo saber sobrellevarlo.
Agrega que los trastornos de personalidad no son ajenos a la persona que los adolece, por lo que aconseja a aquellas personas que sufren este padecimiento a que intenten tener autocontrol sobre esto, y ayudarse a sí mismos, pues al no saber controlarse puede trasmitir ese desborde emocional a sus allegados.
“Por lo general las personas con este tipo de problemas siempre buscan tener la razón en todo, es parte de su mecanismo de defensa; por lo tanto, ese comportamiento en ellos es tan natural que siempre se creen ser perfectos, todos los demás tienen que hacer su voluntad, eso forma parte de los rasgos de los trastornos narcisistas de la personalidad”, explica.
Una de las características principales de los trastornos de personalidad “es que ellos siempre deben tener la razón”, esboza; al tiempo que agrega que este tipo de personas son soberbias y justifican sus actos y, en algunos casos, hasta hacen sentir culpable a la otra persona cuando deberían pedirle una disculpa, porque es muy difícil para ellos aceptar que están equivocados.
Ante esta situación hay personas que para no entrar en conflicto, sobre todo cuando se trata de familia o de parejas, simplemente lo dejan pasar y se escudan en decir que ya están acostumbrados a ese tipo de situaciones; sin embargo, lo correcto es actuar con asertividad, que es el hecho de no ser permisivos, ni dejarlo pasar por alto, sino hacerle ver lo que hizo mal de una forma diplomática.
“En los entornos laborales, los compañeros deben armarse de paciencia, tienen que saber acercársele a una persona con este tipo de problemas para hacerle una petición, una solicitud, un favor inclusive, porque, dependiendo del tipo de trastorno, así va a ser su reacción”, explica.
