Marlon Escamilla: hay que darle vida a nuestro patrimonio cultural

El experto coordinador de la carrera de arqueología en la escuela de antropología de la Utec, fue invitado al programa de entrevistas de Canal 33, 8 En punto, en el que habló sobre la importancia cultural del Centro Histórico de San Salvador

Graciela Puentes
La Palabra Universitaria

La importancia cultural del Centro Histórico de San Salvador fue tema de abordaje en una de las recientes emisiones del programa de entrevistas de Canal 33, 8 En punto, en el que participó como panelista el coordinador de la carrera de arqueología en la escuela de antropología de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), Marlon Escamilla.

De acuerdo con su exposición, el centro histórico de San Salvador se diseña tras la influencia española urbana y, en El Salvador, la primera ciudad establecida fue Ciudad Vieja, que está camino a Suchitoto, en 1528. Luego en 1545 se mueve esta ciudad a lo que hoy en día es el centro histórico.

“Esta zona era el área medular para esa época, hoy en día sabemos que los turistas cuando nos visitan quieren conocer el centro histórico porque es el corazón”, agrega.

En ese mismo sentido histórico, el experto señala que estos espacios de suma importancia y los estilos de construcción que más predominan son el renacentista, el barroco, el neoclásico y vernácula. “Forman parte de la herencia cultural, en este caso arquitectónica, que nosotros tenemos como país, lo cual es de suma importancia”, comenta el experto.

Escamilla explica que la década de los ochentas fue determinante, ya que el uso de los espacios del centro histórico permitió el establecimiento de las ventas ambulantes por el exalcalde, Napoleón Duarte, y así comenzó a ser invadido por el comercio.

“Desde la década de los ochentas en el centro histórico se empezó a ahogar en ese tipo de actividad comercial invasiva que se desarrolló”, lamenta.

Por ello, considera de suma importancia el reordenamiento del centro histórico como el que implementa la alcaldía, pero también enfatiza que es necesario distribuir las áreas para cada actividad, en la que se incluyan aspectos comerciales, pero también culturales.

“Es importante que la población entienda que ese patrimonio no es de la alcaldía, no es del Estado, sino es de todos”, apunta.

Explica que el patrimonio no es solamente el centro histórico, también existe patrimonio cultural intangible que está dentro de esa área, como las fiestas religiosas que dan sentido de identidad y pertenencia, así como también las costumbres que se han adoptado, por ejemplo, sentarse en una de las plazas a disfrutar del atol chuco.

“Esa es una práctica de la gente que va a trabajar y pasa por la Plaza Libertad, la Plaza Gerardo Barrios, se toma su atol, platican y luego se dirige a su trabajo o a su casa; esa práctica cultural no debe de perderse por que forma parte del sistema cultural intangible de las y los salvadoreños”, puntualiza.

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