La Utec analiza durante investigación contaminantes generados por lámparas fluorescentes

La mala disposición de las lámparas fluorescentes produce contaminación de mercurio en el ambiente y en El Salvador no existe un reglamente que regule el tratamiento y disposición de este tipo de desecho peligrosos.

Wilber Góchez
wilber.corpeno@mail.utec.edu.sv
Fotos: Heidi Castillo
La Palabra Universitaria

 

Análisis del tratamiento actual de las lámparas fluorescentes, nivel de contaminantes y disposición final, es otra de las investigaciones que recientemente un equipo de investigadores de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC) dio a conocer ante la presencia de académicos, estudiantes y representantes de instituciones relacionadas con el tema medio ambiental.

 José Remberto Miranda Mejía, director del grupo de investigación, detalló que se basaron en el tratamiento que reciben las lámparas fluorescentes una vez son desechadas, al terminar su vida útil. Los investigadores realizaron una propuesta de la disposición final de las lámparas, identificando materiales reutilizables.

Según Miranda, se evaluaron 32 edificios que contienen cantidades considerables de luminarias, ubicados en cinco departamentos de El Salvador. Se contó con el apoyo de la sección de seguridad ocupacional del Ministerio de Trabajo, quien facilitó la accesibilidad a los lugares investigados.

Según el trabajo realizado, la buena disposición comprende la recolección, el manejo, el tratamiento y la disposición final de los elementos que componen las lámparas fluorescentes.

Los resultados del estudio señalan que el principal contaminante que emana de las lámparas fluorescentes es el mercurio. Una disposición adecuada de estos desechos disminuiría la cantidad de dicho elemento en el ambiente.

Miranda explicó que el mercurio puede cambiar de forma y convertirse en metilmercurio, que tiene la capacidad de acumularse en organismos y concentrarse en las cadenas alimentarias, especialmente en la acuática (peces y mamíferos marinos). “El metilmercurio es la forma de mayor preocupación, casi todo el mercurio que se encuentra en los peces es metilmercurio”, detalló el experto.

La investigación detalla que la contaminación por mercurio inicia cuando las lámparas son rotas o recolectadas por camiones no aptos para su transporte y, luego, depositadas en los rellenos sanitarios.

rembertoCuando los lixiviados se ponen en contacto con lámparas fluorescentes, estos se contaminan con mercurio (Hg), luego estos líquidos contaminados al infiltrarse en el suelo son capaces de alcanzar aguas subterráneas, las cuales llegan a cursos de aguas superficiales y luego esta es ocupada para usos múltiples.

Entre otras cosas el equipo de investigadores, conformado por José Remberto Miranda Mejía y Samuel Martínez Gómez, de la Utec, en conjunto con John Figerald Kenedy Hernández Miranda, del Ministerio de Trabajo, recomienda que para El Salvador es necesario tener un inventario de las sustancias que contienen mercurio y firmar el convenio de Minamata que regula su importación.

Los investigadores también recomiendan separar la basura común de los desechos peligrosos para darle tratamiento a todos aquellos que contienen mercurio a través de remediación térmica.

El estudio establece, además, que en la actualidad en el área metropolitana de San Salvador, las lámparas fluorescentes de tubo lineales de alta presión de mercurio van al relleno sanitario junto con la basura común de los hogares y las industrias, que las desechan como un residuo convencional, no son tratadas como un residuo peligroso debido a que no existe conocimiento sobre el elemento mercurio y de sus características de peligrosidad.

La investigación concluye entre otras cosas que las lámpara fluorescentes en desuso en El Salvador contaminan la atmósfera según las mediciones realizadas, pero además, no existe un reglamento que regule la disposición final de este tipo de desecho peligroso que contiene mercurio, elemento considerado por la OMS como una de las diez sustancias más tóxicas para el ser humano y para la vida.

 

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