Día con día Nicolás Orlando Hernández, a pesar de su edad, ejerce la labor de ser jardinero y es quien se encarga de dar una buena imagen a los jardines de la Utec.
Gabriela LeivaLa Palabra Universitaria
Mientras el día termina de aclarar y al son del canto de los pájaros y el vaivén de los estudiantes que poco a poco se apersonan al jardincito, en la entrada principal del edificio Simón Bolívar, de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC), los encargados de dar mantenimiento a las zonas verdes hacen lo suyo, en silencio, pero con toda su dedicación al arte.
Y es que precisamente el trabajo de los jardineros, que muchas veces pasa desapercibido, e incluso en ocasiones es invisible, permite embellecer de gran manera cualquier estructura arquitectónica de los inmensos inmuebles que albergan a los grandes corporativos.
Para don Nicolás, uno de los más experimentados jardineros de la Utec, el trabajo del día inicia con el afilado paulatino de las tijeras que utiliza para dar el detalle, forma y estilo particular al corte de la grama y demás arbustos que adornan los jardines de los edificios Simón Bolívar, Thomas Jefferson, Villa Fermina, y del Museo Universitario de Antropología.
Hernández dice que su mayor satisfacción es ver el hermoso florecer de las plantas y el halago que a las mismas hacen los estudiantes mientras caminan por los jardines de la universidad.
Dijo que su pasión son las rosas, y ello es lo que día con día lo motiva a cuidar y mantener este tipo de plantas, que según él, cuando las mismas están floreciendo dan un toque diferente al ambiente en el interior del jardín y a las instalaciones mismas de los edificios.
Explicó que cuando un jardinero ama su trabajo y su arte no siente las horas laborales que le asignen, porque su mayor satisfacción siempre es permanecer de cerca con sus plantas, trabajando e inventando cada día nuevas y llamativas decoraciones.
“Me siento feliz al ver florecer las plantas, pero mi mayor logro es recibir halagos de los alumnos, por apreciar el trabajo que realizó, las decoraciones que doy a mis plantas”, expresó Vidal.
Precisamente la decoración que don Nicolás pone en cada uno de los jardines es elegida por él mismo, es decir, todo depende de su imaginación y creatividad a la hora de podar los jardines. Me gusta el área de jardinería, porque además de ser un trabajo entretenido y creativo, uno se puede mover para varios lados sin estar atado a un lugar en específico”, relató el jardinero.
