Horchata y marquesote repartió el MUA en celebración del Día de la Cruz

La actividad artístico-cultural es impulsada por la dirección de cultura de la Utec, mediante la cual uno de los patios del Museo Universitario de Antropología se vuelve punto de encuentro para empleados de la institución e invitados especiales.

Texto: Wilber Corpeño
Fotos: Griselda Rivera

Como ya es costumbre, el reparto de la deliciosa horchata artesanal acompañada de una buena porción de marquesote es algo infaltable en los patios del Museo Universitario de Antropología (MUA), cada 3 de mayo, fecha en que se celebra el Día de la Cruz.

Mangos, naranjas, melones, sandías, papayas, jícama, zapotes, mamey y muchas frutas de temporada fueron las que vistieron de color a la cruz, además de un profundo análisis socio-antropológico que contextualizó el ritual que procede desde la época de los antiguos indígenas de la región, que daban gracias a los dioses por las bondades emanadas de la madre Tierra.

En la actividad, que cada año es impulsada por la unidad de cultura, participaron como invitados especiales académicos, estudiantes y empleados de la institución, quienes además de deleitarse con el sonar de los cohetes, danza folclórica presentada por el grupo de danza de la Utec, pudieron degustar la horchata artesanal y las frutas que fueron colocadas al pie de la adornada y colorida cruz.

En su análisis histórico-antropológico el director de cultura de la casa de estudios universitarios, Ramón Rivas, explicó que las cruces que se utilizan hoy en día para la celebración del Día de la Cruz, son hechas con madera verde del árbol conocido como “palo de jiote”.

Agregó que el elemento de la cruz debe ser analizado bajo dos perspectivas: la cristiana y la indígena. “Para los indígenas mesoamericanos, la cruz está relacionada con los cuatro rumbos cósmicos, los cuales son dedicados a los cuatro Balams mencionados en el libro sagrado del ‘Popol Vuh’; ellos son Balam Quitzé, Balam Acab, Mahucutah e Iqui Balam”, dijo.

De acuerdo al antropólogo, para los cristianos la cruz se relaciona con la muerte y el sacrificio realizado por Jesucristo. La Cruz es el símbolo de la redención. Con la evangelización de los pueblos indígenas, la tradición incluyó elementos indígenas y rituales católicos, tales como los rezos y la misma cruz.

“Por esta razón, los católicos afirman que si en una casa no es colocada la cruz se corre el riesgo de que el diablo se presente a bailar a medianoche, y para espantarlo se canta el estribillo: vete de aquí, satanás, que parte de mí no tendrás, porque el Día de la Cruz dije mil veces Jesús, Jesús, Jesús. La tradición dice que, durante el día, los católicos deben rezar tres rosarios”, contextualizó Ramón Rivas.

Por ello destacó la importancia que tiene para los salvadoreños y para la cultura misma la celebración del Día de la Cruz, que se conmemora cada tres de mayo en muchos países de la región.

Según la creencia el ritual de adorar la cruz, que se decora con frutas de temporada, se hace en cada casa y la dinámica pasa por visitar a los vecinos, arrodillarse frente a la cruz y persignarse como referencia a la tradición católica, al mismo tiempo que se toma un fruto de los que adornan la misma.

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