Dr. Jesús Marcos Soriano
La formación por competencias permite el desarrollo integral del estudiante, pues se basa en demostrar el dominio de conocimientos, habilidades, actitudes y valores, en forma integrada, no aisladas.
Esto es necesario tomarlo muy en cuenta al planificar, desarrollar y evaluar el proceso de enseñanza – aprendizaje, ya que, en el desempeño de sus funciones, la persona demuestra las habilidades fundamentándose en el conocimiento y realizándolas con la actitud apropiada.
Si el desempeño de sus funciones, actividades o tareas no lo hace basándose en los conocimientos científicos necesarios, el servicio o el producto de su labor no será el esperado; si, además no lo realiza con la actitud apropiada, el cliente o beneficiario no aceptará el servicio o el producto, lo que significa un fracaso del proceso formativo.
La palabra competencia viene del mundo empresarial y ha sido asumida en el mundo de la educación. Pero es importante tener presente que el concepto de competencia, surgido del campo empresarial, no puede ser trasladado mecánicamente al ámbito educativo y universitario, porque los criterios de ganancia y competitividad que imperan en la empresa no son los mismos que deben aplicarse a las escuelas y universidades, cuyos objetivos están dirigidos a formar a seres humanos integrales (Latorre Ariño, 2016, p.1).
Existen muchas definiciones de competencias, algunas de ellas son las siguientes: En el reporte de EduTrends (feb. 2015, p. 6), el Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey, presenta la siguiente definición: “Una competencia es la integración de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que permite a una persona desenvolverse de manera eficaz en diversos contextos y desempeñar adecuadamente una función, actividad o tarea”.
Tobón, Pimienta y García Fraile dan la siguiente definición: “Las competencias son actuaciones integrales ante actividades y problemas del contexto, con idoneidad y compromiso ético, integrando el saber ser, el saber hacer y el saber conocer en una perspectiva de mejora continua” (2010, p. 11).
La Universidad tecnológica ha adoptado la siguiente definición: “competencia es la capacidad de una persona para desempeñar una misma función productiva en diferentes contextos de trabajo, evidenciando sus conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, basados en los resultados de calidad esperada”.
Las tres definiciones enfatizan la integración de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes (el saber conocer, el saber hacer y el saber ser). También señalan que la competencia se manifiesta en actuaciones en diferentes contextos, no solamente en un puesto de trabajo específico.
En el proceso de enseñanza – aprendizaje es importante tomar muy en cuenta el desarrollo integral e integrado que enfatizan las definiciones de competencia; de no hacerlo así, no estaríamos contribuyendo al desarrollo de competencias.
Las competencias han sido clasificadas de diferentes maneras y no hay un consenso definitivo al respecto; algunas de ellas son las siguientes:
Sarramona, J. (2016) divide las competencias en: básicas, clave y profesionales.
La Declaración de Bolonia (1999) dividió las competencias del perfil del estudiante universitario en: generales, que comprenden las básicas y transversales; y las competencias específicas que corresponde a una determinada carrera universitaria.
La Universidad Tecnológica de El Salvador ha adoptado la clasificación de las competencias en: generales, básicas y de especialidad.
Las competencias generales son comunes a todas las carreras que ofrece la Universidad y constituyen el sello que caracteriza a todos los graduados Utec. No se desarrollan con una asignatura determinada, sino con todo el plan de estudios; por lo que se consideran transversales a todo el estudio de la carrera.
Las competencias básicas son comunes a grupos de carrera afines y tienen dos propósitos: facilitar el aprendizaje de las competencias de especialidad y desempeñarse como asistente, o colaborador, en las áreas de desempeño de las otras carreras afines a la que estudia el educando.
Las competencias de especialidad son propias de cada carrera y se han diseñado en función de las áreas de desempeño en las cuales el graduado trabajará.
Bibliografía:
Latorre Ariño, M. (2016). Las competencias y sus clases. Lima: Universidad Marcelino Champagnat. Disponible en: http://umch.edu.pe/arch/hnomarino/45_competencias.pdf Consultado el 15 de enero de 2018.
Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey. (2015). Educación Basada en Competencias. Reporte EduTrends. Disponible en: http://www.redage.org/sites/default/files/adjuntos/edu_trends_ebc.pdf Consultado el 17 de febrero de 2018.
Sarramona, J. (2016). Conferencia. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=hcgmsMujgnE Consultado el 23 de enero de 2018.
Tobón Tobón, S. (2005). Formación Basada en Competencias. Pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica. Segunda edición. Colombia: DIGIPRINT Editores E.U.
Tobón Tobón, S., Pimienta Prieto, J. H., García Fraile, J. A. (2010). Secuencias Didácticas: Aprendizaje y Evaluación de Competencias. México: Pearson Educación.
