Diputados de las diferentes fracciones políticas expresaron su admiración y gratitud por el obispo mártir.
Armando Jacinto
La Palabra Universitaria
Por comprometerse con la verdad y por su lucha, con total convencimiento y decisión, por el respeto de los derechos humanos y la dignidad de la persona humana, la Asamblea Legislativa otorgó la distinción honorífica de manera póstuma como “Hijo Meritísimo de El Salvador” al nuevo beato de la iglesia católica, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez.
La distinción se otorgó por medio del decreto 977 en el que se explica las causas por la que se dio el reconocimiento, destacando la solidaridad sin distinción de las víctimas que se originaban producto de la efervescencia política por la que atravesaba nuestro país en los últimos años de la década de los setentas.
La distinción honorifica fue recibida por los hermanos del mártir, Gaspar y Tiberio Romero, quienes manifestaron su alegría por tan significativo reconocimiento de parte de la honorable Asamblea Legislativa.
Norma Guevara, del partido de gobierno, destacó los ideales del obispo y la importancia de su figura para muchos salvadoreños, especialmente para los creyentes del catolicismo. “Monseñor Romero fue un hijo de la patria, un salvadoreño ejemplar que dio su vida por la justicia, para que otros gozáramos de la paz y la libertad”, destacó la parlamentaria.
Al evento acudieron familiares de Monseñor Romero, personas comprometidas por su vida y su mensaje, representantes de la Iglesia Católica en El Salvador y miembros de la Fundación Monseñor Romero, quienes por muchos años a contra corriente han difundido la vida, el mensaje y la obra del pastor asesinado por odio a la fe, según declararon los teólogos de la Congregación de la Causa de los Santos del Vaticano.
“Les reitero las muestras sinceras de nuestro agradecimiento por este honor que le conceden a nuestro hermano y a nosotros”, expresó Gaspar Romero.
La diputada del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Lucía de León, dijo no poner en duda que la reciente beatificación del obispo constituyó un evento de gran importancia para los que profesan la religión católica.
