La jurista y docente fue invitada al programa televisivo 33 Te escucha, en el que abordó el tema del acoso sexual laboral.
Miguel Velásquez
La Palabra Universitaria
El acoso sexual laboral y sus diversas implicaciones legales fue analizado por la abogada y docente de la Universidad Tecnológica de El Salvador, Xenia Linares Rodríguez, durante uno de los programas televisivos 33 Te Escucha.
De acuerdo a la experta, ese comportamiento está tipificado en el Código Penal salvadoreño, especialmente definido en el artículo 165, y expuso que este se refiere a una conducta de índole sexual hacía otra persona.
Consiste en que una persona tenga conductas hacia otra de índole innegablemente sexual, ya sean comentarios, tocamientos, señas, mensajes o cualquier comportamiento que la otra persona no desee”, acuña.
Aclara que este tipo de delito puede agravarse, especialmente si la víctima es menor de edad o si existe algún tipo de jerarquía o superioridad por parte del acosador; es decir, en aquellos casos en que sea el jefe, el profesor o cualquier persona que ostente una posición de poder ventajosa sobre la víctima.
Del mismo explica que no es necesario que el acosador repita un comportamiento inadecuado varias veces, pues el delito se configura con una sola vez que una persona haya sido acosada; aunque aclara que no siempre los comportamientos se tratan de acoso como tal, ya que participan diversos factores, uno de ellos es la mala interpretación”, dice.
Explica que el Código Penal no distingue la procedencia del delito, es decir, se refiere a la persona que tenga ese tipo de conductas hacia otra persona; por lo tanto, no distingue ninguna clase de género y, en ese sentido, puede ser cometido por un hombre, por una mujer, hacia otro hombre o hacia otra mujer.
“Las mujeres son las que más comúnmente sufren este tipo de acoso, aunque a lo mejor los hombres tienen más fortaleza ante estas situaciones y, el mismo machismo les impide reconocer estas circunstancias porque sienten que su imagen se va a ver dañada”, reflexiona.
En ese mismo orden, añade que es una cuestión similar al tema de la violencia intrafamiliar, donde los hombres, por lo general, no se sienten víctimas; en cambio las mujeres sí. “Nos sentimos más vulnerables, más en desventaja social, física y sexualmente”, puntualiza.
