Wilfredo Eduardo Guzmán González fue el responsable de exponer sus experiencias y consejos ante un grupo de estudiantes del área de arquitectura.
Texto: Jazmín Meza
La Palabra Universitaria
Sobre el proceso de restauración de La casona, un inmueble histórico que se encuentra en el Museo del Ferrocarril, en San Salvador, fue el tema central de una conferencia académica que recientemente se desarrolló en el campus de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC).
El responsable de exponer ante los estudiantes del área de arquitectura fue el profesional Wilfredo Eduardo Guzmán González, quien se desempeña como asistente en seguridad industrial de la empresa GG y asociados, arquitecto residente de proyectos de EDISARQ.
Según detalló Guzmán, para desarrollar los trabajos de arquitectura en el referido inmueble fueron necesarias intensas jornadas de trabajo por un período aproximado de tres meses en donde se vieron involucrados un grupo de arquitectos nacionales que pusieron a disposición sus habilidades y conocimientos para desarrollar de la mejor forma la obra.
Detalló que la inversión final de la obra terminada oscila en los 50 mil dólares, los cuales fueron necesarios para la compra de material, contratación de mano de obra y otros factores que fu necesario cubrir.
El experto también explicó que la iniciativa de impulsar el proyecto de restauración del inmueble fue una propuesta emanada de las autoridades del Ministerio de Turismo, quienes aprovechando el interés que a la población en general iba a despertar el proyecto del museo, decidieron poner manos a la obra en La Casona, pues ahora es parte de los buenos atractivos visuales e históricos del centro museográfico.
Resaltó que una de las peculiaridades de todo arquitecto es ingeniárselas para hacer grandes cosas con presupuestos y recursos ajustados, por ello en el caso particular de La Casona, minimizaron el gasto utilizando como soporte y base de la construcción materiales reciclables como los rieles del tren que a pesar del tiempo aún tienen buena conservación.
Añadió que, a lo largo de los tres meses de trabajo, los arquitectos encargados de la obra se enfrentaron con diferentes inconvenientes, como el abandono de los albañiles que estaban encargados de construir la casa y la plaga de zompopos que se estaban comiendo las puertas y ventanas las cuales tuvieron que fumigar.
Este tipo de actividades formativas, según detallaron los responsables de coordinarlas, son propicias para contribuir al fortalecimiento del proceso formativo de los estudiantes, por ello es necesario que los jóvenes se familiaricen con la experiencia real de viva voz de profesionales que se desenvuelven en el campo profesional.
