El miedo al salario mínimo

José Caballero
Licenciado en Ciencias Jurídicas

 

Siempre que se habla acerca de incrementar el salario mínimo salen a relucir diversas posturas acerca de si es o no es conveniente, que si los empresarios extranjeros saldrán huyendo del país o harán recortes masivos de personal o, incluso, que mayor poder adquisitivo de los salvadoreños derivará en un alza descontrolada de los precios de los productos y servicios.

Típicamente una persona de ideología izquierdista estaría siempre a favor del incremento al salario mínimo, ¿Pero es esto en realidad algo malo? Hay diferentes puntos que debemos tomar en cuenta al momento de determinar si debemos (Digo “debemos” porque esto debería ser aprobado por la Asamblea Legislativa, que en teoría está compuesta por nuestros representantes) subir el salario mínimo o no.

Primero hay que determinar por qué un empleador paga lo que paga a un empleado. El salario es la compensación monetaria que el empleador paga al empleado por la realización de una tarea, ¿Pero cuánto vale esa tarea? Por ejemplo, podemos tener un dependiente en una tienda de calzado local que gana el salario mínimo, este dependiente pasa el día sin deseos de estar ahí, cuando los clientes le hacen preguntas nunca conoce las respuestas, no conoce qué artículos están en existencia, en fin, no ayuda a que la empresa para la que labora genere más ganancias y tampoco le interesa.

Cuando aparece la noticia de que hay que aumentar el salario mínimo en cuarenta dólares, por mencionar una cifra, el empleador hace números y determina que no le es rentable seguir teniendo seis dependientes en la tienda, por lo que despide a tres y se queda con tres. Aquí radica este temor infundado acerca del incremento al salario mínimo, que estaríamos cambiando subempleo por desempleo.

Ahora bien, ¿Qué pasaría si, por el contrario, el empleador se dedicara a capacitar y a desarrollar a los dependientes de su tienda de zapatos? Es cierto que el empleador podría estar contratando a personas poco preparadas y con poca iniciativa, pero al momento de contratarlos, el empleador se vuelve responsable de la capacitación y del desarrollo profesional de los empleados que laboran para él.

En este sentido, al momento de incrementar el salario mínimo, un empleador inteligente hará cálculos que le permitan determinar cómo puede reducir sus costos en otras áreas o incrementar su productividad para que el aumento no le afecte.

Por ejemplo, en lugar de tener un empleado desganado y pobremente capacitado, puede invertir tiempo en capacitaciones semanales acerca de conocimiento del producto y técnicas de persuasión a manera de que un aumento de cuarenta dólares por empleado pueda verse compensado por un incremento del dieciocho por ciento en sus ventas. Un empleado mejor capacitado y que genera más ganancias a la empresa definitivamente vale más y es posible pagarle más.

Cerrarse en que incrementar el salario mínimo generará desempleo es resignarse a que el salvadoreño continúe en su miseria, pobre e ignorante. Un buen empresario sabe que la más grande riqueza de su empresa está en sus empleados y si se dedica a capacitarlos y a crear un ambiente laboral positivo, los empleados también lo agradecerán, trabajarán mejor y generarán más ganancias a la empresa.

Es precisamente así como los países desarrollados fueron mejorando su economía y ahora tienen salarios mínimos muy superiores a los nuestros, porque se dedicaron a capacitar a su gente y a encargarse que, incluso el ciudadano con menos recursos sea capaz de hacerse digno acreedor del salario que gana.

El riesgo existe, un empleador podría decidir que capacitar y hacerse cargo del desarrollo de su personal requiere mucho trabajo y terminará despidiendo colaboradores o cerrando operaciones. Pero… ¿Es este el tipo de empleadores que necesitamos?

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2 thoughts on “El miedo al salario mínimo

  1. El articulo es aplicable para Empresas Formales grandes, pero que pasa para empresas pequeñas, en las que apenas se sale con los costos, porque sus ventas son pocas, no porque su producto no sea bueno o porque no sepa mercadearlo, la realidad es que hay pocos compradores en un país con muchos vendedores. Sabe el autor que la mayoría de empleos en el país es informal?. La manera de arreglar que el salario mínimo sea mínimo, es simple, no es por decreto, ni porque el empleador entienda lo valioso de la mano de obra (esto en este país se aplicaría en muy pocos casos); es por cambio real de la sociedad, ¿como?, fácil, formalizar todo el ámbito comercial; ¿que haría esto?, crecer el empleo formal, mas personas con ingreso fijo, esto provoca mayor actividad económica, hasta llegar en el punto que hay mas oferta de empleo que trabajadores, entonces se da lo natural, aumento de salarios por demanda. Pero esto requiere de personas inteligentes para llevar esta idea simple a una realidad, ahi es donde se necesita personas con conocimiento y honestas, en el gobierno, pero esta son escasas, por no decir que prácticamente no hay.

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