Así lo ha explicado el psicólogo y docente de la Utec, Carlos Ayala, en el marco del día mundial de esta condición.
Lisbeth Platero
La Palabra Universitaria
Síndrome de Down, el valor de la inclusión es el tema que recientemente ha desarrollado el psicólogo y docente de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), Carlos Ayala, en el espacio de entrevistas televisivas, 33 Te Escucha.
La temática fue puesta en la mesa de análisis en el marco de la celebración del Día Mundial de Síndrome de Down, en la que el ponente ha destacado la importancia que impera en la sociedad de que exista una inclusión correcta de estos niños y personas que viven con dicha afección.
Explica que el síndrome de Down es una alteración genética que se produce por la existencia de un cromosoma extra. “El ser humano tiene 23 pares de cromosomas por parte de la madre y el padre, los niños que tienen el síndrome es porque en el cromosoma número 21 tienen uno extra, a lo que se le conoce como Trisomía 21”, agrega.
Al respecto amplía que las características físicas de los niños son, en su mayoría, dedos, cabeza y cuello más pequeños que los de una persona sin el síndrome. Así mismo, tienen los ojos rasgados y pueden desarrollar diversas patologías que otros no, como el hipertiroidismo o cardiopatías, así como dificultades con el habla o aspectos tan sencillos como no acatar indicaciones, explica.
Detectar el síndrome de Down
“Ahora con los avances tecnológicos ya se puede determinar, incluso durante la gestación, si un niño tiene síndrome de Down y, ante dicha realidad, los padres necesitan un acompañamiento, pues no es un proceso fácil”, expresa Ayala.
Del mismo modo agrega que existen teorías que explican la posibilidad que el detonante sea la edad avanzada o el consumo de diversas sustancias prohibidas, por ejemplo, durante el embarazo.
Sin embargo, no hay una causa específica sobre por qué se forma la Trisomía 21, pero según los genetistas, encargados de estudiar la genética humana, afirman que existen factores que aún no son corroborados que influyen en él.
“De este se derivan otros tipos de síndromes y también enfermedades que no todos los niños con la condición presentan”, puntualiza.
Conforme a esto, los padres o encargados de los niños y personas con el síndrome de Down deben tener presente que la educación especial que necesitan incluye las terapias en áreas físicas y psicomotoras, dice el experto. “Para que desarrollen habilidades, e incluso un poco de independencia en actividades cotidianas, todo eso dependerá del grado de condición del niño”, añade.
“Los primeros que deben quitar las barreras son los padres, pues por el temor a lo que ellos se enfrentarían pueden causar una barrera al mundo”, aclara Ayala, ante el hecho de dejar que los niños con el síndrome desarrollen capacidades en diversas áreas como los deportes, en espacios especiales que tratan el tema con mucha responsabilidad.
En este sentido, las demás personas aprenderán a aceptarlos sin temor al “desconocimiento” de cómo tratar a una persona con síndrome de Down, ya que es esta duda la que impide que los niños se desenvuelvan en un entorno adecuado a las condiciones que presentan pues cada uno es distinto y necesita atenciones específicas acorde a ellos, enfatiza.
Para finalizar el docente y psicólogo detalla que el proceso de aprendizaje de los niños con esta condición puede llegar a ser más lenta. “Si un niño sin el síndrome se aprende las tablas de multiplicar en un día, los niños con el síndrome de Down pueden tardarse hasta cuatros días”. Sin embargo, la constante información sobre el tema les facilita a los padres sobrellevar la situación.
