Así lo ha explicado el profesional de la salud mental, Carlos Ayala, durante una de sus intervenciones en el programa de entrevistas, 33 Te Escucha.
Fernando Quintanilla
La Palabra Universitaria
Sobre la situación de los hijos tras una ruptura familiar versó la temática de análisis en una de las emisiones del programa de entrevistas televisiva, 33 Te Escucha, en el que ha participado como panelista el profesional de la psicología y docente en la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), Carlos Ayala.
El experto explica que cuando se piensa en crear una familia van proyectos de por medio, pero que, al momento de una separación, esos pueden cambiar drásticamente, principalmente porque los padres de familia sobreponen a los hijos ante cualquier escenario, aunque, aclara, que en la mayoría de los casos no hay separaciones en buenos términos, permanece el vínculo de padres, ese que nunca se romperá y por el que de alguna manera la situación debe de ser, al menos, llevadera.
Dijo que los hijos mayormente cuando están en una etapa de niñez, piensan que sus padres arreglarán sus problemas y volverán a estar juntos, pero es el momento de comunicarle que tienen diferencias y que buscarán el divorcio, pero de una manera entendible para el pequeño, haciéndolo sentir seguro y sin culpabilidad.
Agrega que un niño toma el proceso de separación dependiendo de su personalidad. Es vital explicarle y orientarle que no es su culpa, que ambas partes estarán siempre para él, de este modo es un poco más fácil sobrellevar el nuevo cambio que está ocurriendo en su vida.
Explica que la custodia de los hijos es algo que siempre está en juego, por lo que, generalmente, se acuerda al principio la custodia compartida, pues de esa forma ambas partes se responsabilizan y el niño se va adaptando poco a poco, lo que genera “una estabilidad psicológica, porque siempre está conviviendo con ambas partes.
“Una ruptura no solamente puede ser de sus padres, sino también con alguno de sus familiares; por ejemplo, sus abuelos, tíos, etc. Es normal que se viva una etapa de duelo, porque es una pérdida para el pequeño, aunque esta persona siempre esté en su vida, será un nuevo proceso de adaptación que tendrá”, acuña el experto.
Recomienda que no es sano para la salud mental de los infantes hablar mal de su madre o padre después de la separación, pues es necesario que los niños mantengan un vínculo de sano afecto hacia ambas partes.
